29.5.07

Optativa para el semestre que viene

Saúl López Noriega dará un curso el semestre que entra sobre la democracia y los medios de comunicación. Creo que puede interesarles. Les paso los datos:

Democracia, poder y medios de comunicación aborda el problema de la concentración mediática en las democracias contemporáneas. Se trata de un curso que nace a partir de una preocupación medular: cómo controlar el poder de los medios, sin mermar el conjunto de libertades del sistema de expresión e información. En este contexto, la materia es un recorrido por la relación entre Estado y libertad, las diferentes caras del poder mediático, la tensión entre la libertad de expresión, el derecho a la información y la libertad de propiedad, etcétera. Con un pie en el ámbito teórico y el otro en el análisis comparado de arreglos institucionales encaminados a controlar el poder de los medios, la asignatura busca finalmente ubicar este problema dentro de la tradición del pensamiento liberal, entendida como aquella que desconfía del poder público pero también del privado.
El abanico de lecturas abarca clásicos del pensamiento liberal y constitucional y autores como Octavio Paz, Susan Sontag, Claudio Magris, Habermas, Sartori, Carlos Pereyra, entre otros.La materia se abrió para estudiantes de relaciones internacionales, politólogos, economistas y abogados.


Aquí están los prerrequisitos para cada carrera, así como los datos de la materia:

Economistas - Instituciones de Derecho I.
Relaciones Internacionales - Fundamentos Jurídicos I.
Ciencias Políticas - Instituciones de Derecho Público Mexicano I.
Derecho - Derechos Constitucional III

LUNES Y MIERCOLES 19-20:30 horas.

* Si alguien no cumple con los requisitos, simplemente presentando un 'caso de alumnos' con Jorge Cerdio, Director del Departamento de Derecho, podrá superar ese obstáculo.

28.5.07

Trabajos ausentes

Me faltan trabajos de los siguientes alumnos.
  • 000090787
  • 000091127
  • 000091349
  • 000106653
Si me los enviaron y se perdieron en el camino, ésta es la última llamada para poder calificarlos.

21.5.07

Nocturno de San Ildefonso

Octavio Paz

1

Inventa la noche en mi ventana
otra noche,
otro espacio:
fiesta convulsa
en un metro cuadrado de negrura.
Momentáneas
confederaciones de fuego,
nómadas geometrías,
números errantes.
Del amarillo al verde rojo
se desovilla la espiral.
Ventana:
lámina imantada de llamadas y respuestas,
caligrafía de alto voltaje,
mentido cielo/infierno de la industria
sobre la piel cambiante del
instante.

Signos-semillas:
la noche los dispara,
suben,
estallan allá arriba,
se precipitan,
ya quemados,
en un cono de
sombra,
reaparecen,
lumbres divagantes,
racimos de sílabas,
incendios giratorios,
se dispersan,
otra vez añicos.
La ciudad
los inventa y los anula.

Estoy a la entrada de un túnel.
Estas
frases perforan el tiempo.
Tal vez yo soy ese que espera al final del túnel.
Hablo con los ojos cerrados.
Alguien
ha plantado en mis párpados
un bosque de agujas magnéticas,
alguien
guía la hilera de estas
palabras.
La página
se ha vuelto un hormiguero.
El vacío
se
estableció en la boca de mi estómago.
Caigo
interminablemente sobre ese
vacío.
Caigo sin caer.
Tengo las manos frías,
los pies fríos
-pero los alfabetos arden, arden.
El espacio
se hace y se deshace.
La noche insiste,
la noche palpa mi frente,
palpa mis pensamientos.
¿Qué quiere?


2

Calles vacías, luces tuertas.
En una
esquina,
el espectro de un perro.
Busca, en la basura,
un hueso
fantasma.
Gallera alborotada:
patio de vecindad y su mitote.
México,
hacia 1931.
Gorriones callejeros,
una bandada de niños
con los
periódicos que no vendieron
hace un nido.
Los faroles inventan,
en
la soledumbre,
charcos irreales de luz amarillenta.
Apariciones,
el
tiempo se abre:
un taconeo lúgubre, lascivo:
bajo un cielo de hollín
la llamarada de una falda.
C’est la mort – ou la morte…
El viento
indiferente
arranca en las paredes anuncios lacerados.

A esta hora
los muros rojos de San Ildefonoso
son negros y respiran:
sol hecho
tiempo,
tiempo hecho piedra,
piedra hecha cuerpo.
Estas calles
fueron canales.
Al sol,
las casas eran plata:
ciudad de cal y canto,
luna caída en el lago.
Los criollos levantaron,
sobre el canal
cegado y el ídolo enterrado,
otra ciudad
-no blanca: rosa y oro-
idea vuelta espacio, número tangible.
La asentaron
en el cruce de
las ocho direcciones,
sus puertas
a lo invisible abiertas:
el cielo
y el infierno.

Barrio dormido.
Andamos por galerías de ecos,
entre imágenes rotas:
nuestra historia.
Callada nación de las
piedras.
Iglesias,
vegetación de cúpulas,
sus fachadas
petrificados jardines de símbolos.
Embarrancados
en la proliferación
rencorosa de casas enanas,
palacios humillados,
fuentes sin agua,
afrentados frontispicios.
Cúmulos,
madréporas insubstanciales:
se acumulan
sobre las graves moles,
vencidas
no por la
pesadumbre de los años,
por el oprobio del presente.


Plaza del
Zócalo,
vasta como firmamento:
espacio diáfano,
frontón de ecos.
Allí inventamos,
entre Aliocha K. y Julian S.,
sinos de relámpago
cara al siglo y sus camarillas.
Nos arrastra
el viento del
pensamiento,
el viento verbal,
el viento que juega con espejos,
señor de reflejos,
constructor de ciudades de aire,
geometrías
suspendidas del hilo de la razón.


Gusanos gigantes:
amarillos tranvías apagados.
Eses y zetas:
un auto loco, insecto de
ojos malignos.
Ideas,
frutos al alcance de la mano.
Frutos: astros.
Arden.
Arde, árbol de pólvora,
el diálogo adolescente,
súbito
armazón chamuscado.
12 veces
golpea el puño de bronce de las torres.
La noche
estalla en pedazos,
los junta luego y a sí misma,
intacta, se une.
Nos dispersamos,
no allá en la plaza con sus trenes
quemados,
aquí,
sobre esta página: letras petrificadas.



3

El muchacho que camina por este poema,
entre San
Ildefonso y el Zócalo,
es el hombre que lo escribe:
esta página
también es una caminata nocturna.
Aquí encarnan
los espectros
amigos,
las ideas se disipan.

El bien, quisimos el bien:
enderezar al mundo.
No nos faltó entereza:
nos faltó humildad.
Lo que quisimos no lo quisimos con inocencia.
Preceptos y conceptos,
soberbia de teólogos:
golpear con la cruz,
fundar con sangre,
levantar la casa con ladrillos de crimen,
decretar la comunión
obligatoria.
Algunos
se convirtieron en secretarios de los secretarios
del Secretario General del Infierno.
La rabia
se volvió filosofía,
su baba ha cubierto al planeta.
La razón descendió a la tierra,
tomó
la forma del patíbulo
- y la adoran millones.
Enredo circular:
todos
hemos sido,
en el Gran Teatro del Inmundo;
jueces, verdugos, víctimas,
testigos,
todos
hemos levantado falso testimonio
contra los otros
y contra nosotros mismos.
Y los más vil: fuimos
el público que
aplaude o bosteza en su butaca.
La culpa que no se sabe culpa,
la
inocencia,
fue la culpa mayor.
Cada año fue monte de huesos.

Conversiones, retractaciones, excomuniones,
reconciliaciones,
apostasías, abjuraciones,
zig-zag de las demonolatrías y las androlatrías,
los embrujamientos y las desviaciones:
mi historia,
¿son las
historias de un error?
La historia es el error.
La verdad es aquello,
más allá de las fechas,
más acá de los nombres,
que la historia
desdeña:
el cada día
- latido anónimo de todos,
latido
único de
cada uno-,
el irrepetible
cada día idéntico a todos los días.
La
verdad
es el fondo del tiempo sin historia.
El peso
del instante que
no pesa:
unas piedras con sol,
vistas hace ya mucho y que hoy regresan,
piedras de tiempo que son también de piedra
bajo este sol de tiempo,
sol que viene de un día sin fecha,
sol
que ilumina estas palabras,
sol de palabras
que se apaga al nombrarlas.
Arden y se apagan
soles, palabras, piedras:
el instante los quema
sin quemarse.
Oculto, inmóvil, intocable,
el presente – no sus presencias- está
siempre.

Entre el hacer y el ver,
acción o contemplación,
escogí
el acto de palabras:
hacerlas, habitarlas,
dar ojos al lenguaje.
La
poesía no es la verdad:
es la resurrección de las presencias,
la
historia
transfigurada en la verdad del tiempo no fechado.
La poesía,
como la historia, se hace;
la poesía,
como la verdad, se ve.
La
poesía:
encarnación
del sol-sobre-las-piedras en un nombre,
disolución
del nombre en un más allá de las piedras.

La poesía,
puente colgante entre historia y verdad,
no es camino hacia esto o
aquello:
es ver
la quietud en el movimiento,
el tránsito
en la
quietud.
La historia es el camino:
no va a ninguna parte,
todos lo
caminamos,
la verdad es caminarlo.
No vamos ni venimos:
estamos en
las manos del tiempo.
La verdad:
sabernos,
desde el origen,
suspendidos.
Fraternidad sobre el vacío.


4


Las
ideas se disipan,
quedan los espectros:
verdad de lo vivido y padecido.
Queda un sabor casi vacío:
el tiempo
-furor compartido-
el
tiempo
- olvido compartido-
al fin transfigurado
en la memoria y sus
encarnaciones.
Queda
el tiempo hecho cuerpo repartido: lenguaje.
En
la ventana,
simulacro guerrero,
se enciende y se apaga
el cielo
comercial de los anuncios.
Atrás,
apenas visibles,
las
constelaciones verdaderas.
Aparece,
entre tinacos, antenas, azoteas,
columna líquida,
más mental que corpórea,
cascada de silencio:
la luna.
Ni fantasma ni idea:
fue diosa y es hoy claridad errante.

Mi mujer está dormida.
También es luna,
claridad que transcurre
- no entre escollos de nubes,
entre las peñas y las penas de los sueños:
también es alma.
Fluye bajo sus ojos cerrados,
desde su frente se
despeña,
torrente silencioso,
hasta sus pies,
en sí misma se
desploma
y de sí misma brota,
sus latidos la esculpen,
se inventa al
recorrerse,
se copia al inventarse,
entre las islas de sus pechos
es
un brazo de mar,
su vientre es la laguna
donde se desvanecen
la
sombra y sus vegetaciones,
fluye por su talle,
sube,
desciende,
en sí misma se esparce,
se ata
a su fluir,
se dispersa en su
forma:
también es cuerpo.
La verdad
es el oleaje de una respiración
y las visiones que miran unos ojos cerrados:
palpable misterio de la
persona.

La noche está a punto de desbordarse.
Clarea.
El
horizonte se ha vuelto acuático.
Despeñarse
desde la altura de esta
hora:
¿morir
será caer o subir,
una sensación o una cesación?
Cierro los ojos,
oigo mi cráneo
los pasos de mi sangre,
oigo
pasar el tiempo por mis sienes.
Todavía estoy vivo.
El cuarto se ha
enarenado de luna.
Mujer:
fuente en la noche.
Yo me fío a su fluir
sosegado.

16.5.07

Para el trabajo

  1. El trabajo debe tratar algún tema relacionado con el curso. Deberá incluir entre sus referencias, por lo menos, uno de los textos obligatorios que se citan en el temario.
  2. El tema del trabajo deberá ser acotado. Será mucho mejor, por ejemplo, hacer un trabajo que analice los medios de comunicación y la democracia mexicana que sobre la democracia.
  3. La investigación requiere, por lo menos, la consulta de cinco fuentes bibliográficas. Si se trata de equipos de dos, serán siete fuentes, y si son tres: diez.
  4. El trabajo--sea individual o colectivo--no debe tener más de quince cuartillas de extensión (sin contar bibliografía ni hoja de citas).
  5. La letra del trabajo deberá ser de 12 puntos y el interlineado de 1.5
  6. Se agradece la sencillez. Una grapa es mejor que el engargolado. También se agradece la economía: no desperdicien hojas para hacer la portada. El título, el nombre de los redactores del trabajo y sus claves en la parte superior de la primera hoja será suficiente.
  7. No se trata de un resumen. Tampoco de una opinión. Es indispensable que el trabajo refleje una investigación cuidadosa del tema y una reflexión personal.
  8. Es importante la redacción. Procuren expresarse con claridad y sencillez. Las oraciones largas suelen complicar la lectura. Son preferibles las oraciones directas y claras. Escuchen lo que escriben y utilicen los signos de puntuación: coma, dos puntos, punto y coma. Aquí les mando unas sugerencias de George Orwell:

▪ nunca uses una metáfora que estés acostumbrado a leer;

▪ nunca uses una palabra larga cuando puedas usar una corta;

▪ si es posible cortar una palabra, hazlo;

▪ nunca uses el pasivo si puedes usar el activo;

▪ nunca uses una frase en idioma extranjero o una palabra científica si puedes usar un equivalente en el lenguaje común;

▪ rompe cualquiera de estas reglas antes de decir alguna barbaridad.

Es indispensable exponer los fundamentos de sus ideas y analizar los elementos que tratan. Toda afirmación necesita un argumento. Eso no significa que deban echar rollo. Cualquier idea que provenga de la lectura de algún texto o de alguna otra persona debe ser reconocida en el cuerpo del trabajo o en una nota a pie de página. Decir algo que proviene de otra persona sin reconocer esa deuda se llama plagio. Los plagios no son bienvenidos y serán castigados con la máxima severidad.

Bibliografía
Sigan las siguientes indicaciones que para citar la bibliografía y las notas de pie de página de su trabajo. El texto es un extracto del Manual para la elaboración de tesis de licenciatura del Departamento de Derecho del ITAM, preparado por Laura P. Calderón de la Barca S. y María Bono López.
La bibliografía deberá incluir solamente las fuentes citadas o referidas en el texto. (...)
La lista de referencias deberá estar ordenada alfabéticamente por apellido del autor, sin numerar. El título del libro o la revista será identificado con letras cursivas. No se usarán negritas ni versales. El título sólo llevará mayúsculas en la palabra inicial o en las que, por sí mismas, deban escribirse con mayúsculas. Los títulos en inglés, por el contrario, exigen mayúsculas en todas las palabras del título a excepción de los artículos, preposiciones y conjunciones. Los títulos en otras lenguas deberán seguir las convenciones pertinentes a la lengua de la que se trate.
La legislación consultada para la elaboración de la tesis deberá incluirse en la bibliografía después de las referencias a los libros, artículos, etcétera, bajo el subtítulo de legislación consultada. No será necesario crear un apartado específico para la hemerografía.
La referencia bibliográfica incluirá nombre del autor —apellidos, nombre—, título y subtítulo del libro (en itálicas), número de edición, si no es la primera, nombre de la editorial, lugar y año de publicación, tomo y volumen. Generalmente, no hará falta especificar la palabra editorial, salvo que el nombre propio de la casa editora esté compuesto por esa palabra.

Fix-Zamudio, Héctor, Los tribunales constitucionales y los derechos humanos, UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, México, 1980.

Cuando un autor se repite una o más veces se usarán seis guiones cortos, como se muestra a continuación y se ordenarán las referencias en orden cronológico.

Schmill Ordóñez, Ulises, El sistema de la Constitución mexicana, Librería de Manuel Porrúa, México, 1971.
------, Lógica y derecho, Fontamara, México, 1993.


En caso de que sean dos los autores del libro deberán escribirse los nombres de ambos. Cuando la autoría pertenezca a más de dos autores, se recogerá el nombre del primer autor y se agregará et al., que es una locución latina.

Valadés, Diego y Carpizo, Jorge, El voto de los mexicanos en el extranjero, UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, México, 1998.

Frank, Otto et al., Técnicas modernas de documentación e información, Eudeba, Buenos Aires, 1964.

La referencia hemerográfica deberá incluir: nombre del autor, empezando por sus apellidos, título del artículo entrecomillado, nombre de la revista (en itálicas), lugar de la impresión, tomo, volumen o año de publicación (a veces puede contener todos estos datos), número de la revista, periodo que abarca la publicación y números de página que ocupa el artículo. El título de la revista irá en mayúsculas, y se seguirá la misma regla que la de los títulos de libros en inglés.

Tamayo y Salmorán, Rolando, “La teoría del derecho de Jeremías Bentham”, Boletín Mexicano de Derecho Comparado, México, año XVII, núm. 50, mayo-agosto de 1984, pp. 553-572.

Para citar documentos electrónicos las referencias deberán contener todos los datos que permitan identificarlas y se usará siempre el mismo criterio. En general, las citas de recursos electrónicos seguirán los mismos criterios que cuando se trata de documentos con soporte en papel. En ocasiones, habrá citas que no contengan todos los datos; por tanto, tendrán que incluirse toda la información que sea necesaria para que su consulta sea accesible para el lector. Sin embargo, lo que siempre será imprescindible anotar es el título de la página de Internet, la dirección de la página de Internet de donde se extrajo la información y la fecha de la consulta. Los datos completos que se deberá incluir en caso de que sea posible obtenerlos, son los siguientes: Autor —apellido, nombre—, título de la página en cursiva, institución asociada, fecha de última actualización, dirección de Internet subrayada, fecha de consulta. Para evitar confusiones, deberá indicarse expresamente la fecha de consulta, como en el ejemplo a continuación.

Carbonell, Miguel, La constitucionalización de los derechos indígenas en América Latina: una aproximación teórica, Boletín Mexicano de Derecho Comparado, http://www.juridicas.unam.mx/publica/rev/indice.htm?r=boletin&n=108, fecha de consulta: 13 de agosto de 2003.

Las entrevistas deben llevar indicado el nombre y puesto, institución a la que pertenece (cuando sea el caso) o característica de la persona entrevistada que la hace sujeto relevante para la investigación, así como lugar y fecha de la entrevista. Es muy conveniente grabarlas y conservar una copia de ser posible.

Información obtenida en entrevista con la Dra. Arleen Salles, Investigadora de la State University of New York sobre el tema del aborto, el día 29 de septiembre de 2003 en el Instituto Nacional de Ciencias Penales en México, D.F.

Para congresos, jornadas y simposios, se indica la naturaleza del evento, el título en cursiva, lugar, fecha, institución organizadora. En caso de citar una sola ponencia, se pone el apellido y nombre del autor, el título de la ponencia entrecomillado, la preposición “en” y el resto de la información como ya se indicó:

Zaldivar Lelo de Larrea, Arturo, “Necesidad de una nueva ley de amparo”, en Enrique Arnaldo et al. (coords.), Memoria del ii Curso de Formación Judicial Electoral: Elecciones y Justicia en España y México, México, 2002, Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, pp. 125-144.

En el caso de documentos de otra índole, como reportes, cartas, memoranda, etc., se indica la institución responsable, el título del documento, las personas que lo elaboran, a quién va dirigido, la ciudad donde fue elaborado, la fecha de elaboración, el número de registro (si lo hay) y la(s) página(s).

...

Citas y notas a pie de página. Las notas a pie de página seguirán de manera general las reglas que se han apuntado para la bibliografía; aunque, en este caso, deberán especificarse las páginas de la obra que se cite. En la siguiente sección se explican las reglas para la elaboración de citas y referencias en notas a pie de página....
Las citas textuales recogen fragmentos de la exposición de un autor que, por su importancia, se reproducen en la investigación. No debe abusarse de este recurso. Solamente se autorizará cuando se justifique por la valía de la expresión del autor, la cual no podrá resumirse sin perder el estilo propio del autor o la idea central de la fuente.
Las citas, si provienen de una fuente de idioma distinto al español, deberán ser traducidas, y llevar la indicación de quién las tradujo en nota a pie. La transcripción debe ser cuidadosa y estar entre comillas si es menor a cinco renglones. Si la cita excede de cinco líneas, las comillas se omiten, deberá eliminarse la sangría y añadirse en todo el párrafo un margen izquierdo de 1 cm. En este caso la tipografía será de 11 puntos sobre 13 puntos. Por tratarse de un texto sacado de su contexto, si es necesario agregar palabras a la cita para su mejor comprensión, todo lo que no se encuentre en el texto original del autor citado debe ir entre corchetes. Si se omite parte del texto, debe quedar indicado con puntos suspensivos entre corchetes. Ejemplo:

Con estas palabras se expresaba de nuestro país Anselmo de la Portilla, emigrado español a México:
[no se encontraban] en tierra extraña [...]. Todo [les recordaba] en ella el genio civilizador de sus] padres, y todo [les decía] que ellos pasaron dejando huellas indelebles de su magnificencia. [...] Extranjeros como todos los demás, [...] no obstante [sentían] doble interés que ninguno por la suerte de este país, porque [los ligaban] con él vínculos de familia que jamás [podría] romper el tiempo.[1]
Para que quede respetada absolutamente la propiedad intelectual de los autores, es imprescindible evitar copiar textualmente las opiniones de especialistas sin incorporar las comillas, que es la marca tipográfica que se emplea para reproducir palabras que no son originales del autor del texto en el cual aparecen (el alumno en este caso), como se ha descrito más arriba. Además, debe incorporarse en una nota a pie de página la fuente de la que se extrae esa cita. Esta regla vale para todas las obras, estén publicadas, formal o informalmente, o no lo estén.
También el aparato crítico sirve para incorporar a la tesis explicaciones marginales a la misma, que, dentro del cuerpo del texto, supondría un corte temático, espacial o temporal respecto del desarrollo del discurso. Puede tratarse de definiciones de términos específicamente jurídicos; de acotaciones al contexto en el que se asienta una opinión propia o de otro autor, etc.
De igual forma, debe advertirse que no existe un límite máximo de uso de las notas a pie de página; simplemente se incorporarán las necesarias, sin que su inclusión signifique la reproducción de un catálogo erudito de citas, sino la manifestación escrita de las fuentes que han sido utilizadas para el desarrollo del trabajo de investigación.
Sobre el formato de las citas, vale la pena mencionar que entre el criterio de ponerlas al final del texto o al pie de página, es preferible el último, para evitar que el lector tenga que pasar hojas continuamente para buscar cada una de las notas a que hacen referencia las llamadas del texto. Respecto a la numeración de las notas, cada alumno deberá valorar si es conveniente o no empezar cada capítulo con la nota 1. Ello implicaría varias tareas distintas según se tenga el texto en un solo archivo o en varios.
En caso de que en la nota inmediatamente posterior vuelva a citarse al mismo autor y la misma obra, pero diferente página, se apuntará en el pie de página: Ibidem y el número de página correspondiente. Cuando se citen la misma página o páginas de la misma obra del mismo autor que aparezca en la nota inmediatamente anterior, se empleará Idem. Confróntese el ejemplo que aparece más adelante en este mismo apartado.
En caso de que se haga referencia a una obra que haya sido citada antes, pero no en la nota inmediata anterior, se anotará el nombre del autor y op. cit, más los números de página. Sobre el uso de esta expresión, vid. infra.
Cuando se haga referencia al planteamiento de un autor y no se citen expresamente sus palabras, deberá anotarse en una nota al pie de página con la expresión cfr., confere: confrontar.
Si se trata de una cita que aparece en un texto que consultamos, sin que nosotros hayamos visto el original, se escribe la información del texto citado, se agrega apud y se proporciona la información del texto donde hallamos nosotros la cita.
Si se trata de un texto al que no hemos hecho referencia, pero donde se encuentra más información relacionada con el tema tratado en el cuerpo principal del texto, se anota vid., “véase” en latin, y se agregan los datos del texto.
A continuación, se presenta un ejemplo de uso de las notas a pie de página.

1 Cfr. Zippelius, Reinhold, Teoría general del Estado. Ciencia de la política, trad. de Héctor Fix Fierro, 2a. ed., México, Porrúa-UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 1989, p. 277.
2 Lara Ponte, Rodolfo, “Comentario al artículo 4o.”, en Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos comentada, 2 ts., México, UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 1997, t. I, p. 36.
3 Zippelius, Reinhold, op. cit., p. 310.
4 Cfr. ibidem, pp. 299-300.
5 Cfr. Jellinek, Georg, Teoría general del estado, trad. Fernando de los Ríos Urruti, Compañía Editorial Continental, México, 1956, pp. 140 y ss. y 273 y ss., apud Schmill, Ulises, “Los Derechos Fundamentales: construcción Teórica de su Concepto”, Revista Mexicana de Derecho Público, núm. 2, octubre 2001, p. 39.
6 Idem; vid. además Weber, Max, La política como vocación, trad. Francisco Rubio Llorente, Alianza Editorial, 1992, p. 88.

9.5.07

Diccionario del diablo

Aquí encontrarán una versión electrónica del diccionario.
José Luis nos manda un comentario:

En la clase de hoy parafraseó una definicion de patriotismo, segun la obra de Ambrose Bierce, El diccionario del diablo. La cito textual: "Basura combustible dispuesta a arder para iluminar el nombre de cualquier ambicioso. (...) El patriotismo se define como el ultimo recurso de un pillo. (...)yo sostengo que es el primero."
Hablando de diccionarios cinicos, me permito citar dos definiciones del Diccionario del que duda, de John R. Saul:
"Democracia: Sistema existencial donde las palabras son mas importantes que los actos. No es un sistema sentencioso. La democracia no se propone ser eficaz, lineal, logica, barata, fuente de verdad absoluta, guiada por angeles, santos o virgenes, rentable, justificacion de ningun sistema economico, simple cuestion de gobierno mayoritario, ni siquiera una simple cuestion de mayorias. Tampoco es un procedimiento administrativo, patriotico, reflejo del tribalismo, servidora pasiva de la ley o la regulacion, elegante ni simpatica. La democracia es el unico sistema capaz de reflejar la premisa humanista del equilibrio."
"Participacion: La democracia se construye y se mantiene mediante la participacion individual, pero la sociedad esta estructurada para desalentarla. (...) El unico periodo destinado a la participacion individual es un tiempo fijo para votar, que quiza promedia una hora por año."

Jose Luis

3.5.07

Havel en el Economist

Justamente hoy aparece en The Economist una nota sobre las memorias de Havel.
At the end of his presidency, Mr Havel left behind neither heir nor party. This was no surprise. His whole career, like this book, can be taken as a plea for individuality, for not going with the crowd. Mr Havel is sage enough to know that not everyone wants to stand out. Still, his lesson is a good one, and at times even funny.

2.5.07

Havel, disidente

Havel

Mañana jueves hablaremos del poder de los sin poder de Václav Havel. En un nuevo blog que estoy armando comento la aparición de las memorias de Havel. Quizá les interese.

24.4.07

Ay

Lefort

Para el jueves hablaremos de Lefort. El documento básico será su ensayo sobre la incertidumbre democrática que estará disponible en copias mañana por la mañana.
Aquí pueden encontrar una conferencia suya

Más sobre Ayaan Hirsi Ali

En esta estupenda página europea, podrán ver una serie de entradas sobre Ayaan Hirsi Ali. Les recomiendo particularmente el embate de Pascal Bruckner contra Ian Buruma y Timothy Garton Ash; la respuesta de Buruma; la de Garton Ash, y la réplica de Bruckner a ambos.

19.4.07

Sumisión de Theo van Gogh y Ayaan Hirsi Ali:

Ayaan Hirsi Ali

Para la clase del martes, les sugiero los siguientes textos.
Del libro de Ian Buruma, les recomiendo que lean este adelanto que se publicó en el New Yorker.

16.4.07

Castoriadis para mañana

Mañana discutiremos la idea de Castoriadis de la democracia: "La democracia como procedimiento y como régimen."

8.4.07

Invitación


29.3.07

Para el regreso de vacaciones

Tras nuestra clase itinerante decidimos dejar al Hombre rebelde y tomar para la clase del martes 10 de abril su obra de teatro Los justos. El texto está ya en Coffee & Copies.
Aquí pueden encontrar una reflexión sobre la obra.

22.3.07

Diculpa

¡Perdón!
No pude llegar a clase. Se me complicó muchísimo la mañana.
Si les parece, veamos el próximo martes el par de lecturas de Orwell que habíamos dejado para hoy: sus notas sobre el nacionalismo y su crítica a Gandhi.

16.3.07

Shooting an Elephant

está aquí.
Gracias Ninón por el aviso.
Si tienen tiempo, les sugiero que lean El león y el unicornio y Por qué escribo.

9.3.07

Escuchar a Ortega

Concepto de la historia.

El quehacer del hombre.

Proyecto de trabajo

Como quedamos en la última clase, el martes 20 de marzo deberán entregarme su proyecto de trabajo final. El proyecto deberá incluir:
  • Definición del tema. Deberá, por supuesto, tener relación con los temas o los autores que veremos en el curso. Sugiero que sea lo más acotado posible.
  • Bosquejo de capitulado.
  • Propuesta de bibliografía .
El sentido del proyecto es que vayan pensando y trabajando en el ensayo final y que pueda hacerles alguna sugerencia.
El martes 13 hablaremos de Masa y poder.

7.3.07

Borges sobre Ortega y Gasset

El buen pensamiento de José Ortega y Gasset queda obstruído por sus laboriosas y adventicias metáforas. Ortega puede razonar, bien o mal, pero no imaginar. Debió contratar como amanuense a un buen hombre de letras, un 'negro' que escribiera sus libros.

En Esteban Peicovich, Borges, el palabrista, Madrid, Libertarias, 1995.

6.3.07

Octavio Paz sobre Ortega y Gasset

En diciembre de 1980 Octavio Paz publicó en Vuelta un ensayo sobre José Ortega y Gasset, recordando el 25 aniversario de su muerte. Lo tituló "El cómo y el para qué." Concluye con el bosquejo de un retrato y un recuerdo:

A pesar de su afición al mundo germánico y sus brumas, Ortega y Gasset era, en lo físico y en lo espiritual, un hombre del Mediterráneo. Ni lobo ni pino: toro y olivo. Un vago parecido -la estatura, los ademanes, el color, los ojos- con Picasso. Con más derecho que Rubén Darío podría haber dicho: “aquí, junto al mar latino/ digo mi verdad.. .” Me sorprendió el llamear de su mirada de ave rapaz, no sé si de águila o de gavilán. Comprendí que, como la yesca, se encendía con facilidad, aunque no por mucho tiempo. Entusiasmo y melancolía, los dos extremos contradictorios del temperamento intelectual según Aristóteles. Me pareció orgulloso sin desdén, que es el mejor orgullo. También abierto y capaz de interesarse por el prójimo. Me recibió con llaneza, me invitó a sentarme y ordenó al mesero que sirviera unos “whiskies“. A sus preguntas, le conté que vivía en París y que escribía poemas. Movió la cabeza con reprobación y me reprendió: por lo visto los hispanoamericanos eran incorregibles. Después habló con gracia, desenvoltura e inteligencia (¿por qué nunca, en sus escritos, usó el tono familiar?) de su edad y de su facha (de torero que se ha cortado la coleta), de las mujeres argentinas (más cerca de Juno que de Palas), de los Estados Unidos (quizá allá brote algo, aunque es una sociedad demasiado horizontal), de Alfonso Reyes y sus ojillos asiaticos (sabía poco de México y ese poco le parecía bastante), de la muerte de Europa y de su resurrección, de la quiebra de la literatura, otra vez de la edad (dijo algo que habría estremecido a Plotino: pensar es una erección y yo todavía pienso) y de no sé cuantas cosas más.

La conversación se deslizaba, a ratos, hacia la exposición; después, hacia el relato: anécdotas y sucedidos. Ideas y ejemplos: un maestro. Sentí que su amor a las ideas se extendía a sus oyentes; me veía para saber si le había comprendido. Frente a él yo existía no como un eco: como una confirmación. Comprendí que todos sus escritos eran una prolongación de la palabra hablada y que esta era la diferencia esencial entre el filósofo y el poeta. El poema es un objeto verbal y, aunque esté hecho de signos (palabras), su realidad última se despliega más allá de los signos: es la presentación de una forma; el discurso del filósofo se sirve de las formas y de los signos, es una invitación a realizarnos (virtud, autenticidad, ataraxia, que sé yo). Salí con la cabeza hirviendo. Lo volví a ver la tarde siguiente. Lo acompañaba Roberto Vernego, un inteligente joven argentino que fue su guía en Suiza y que conocía bien la filosofía alemana y la francesa. Salimos a pasear por la ciudad, Roberto nos dejó y Ortega y yo caminamos un rato, de regreso a su hotel, por la orilla del río. Ahora sí se oía el estruendo del agua cayendo en el lago. Empezó a soplar el viento. Me dijo que la única actividad posible en el mundo moderno era la del pensamiento (“la literatura ha muerto, es una tienda cerrada, aunque todavía no se enteren en París”) y que, para pensar, había que saber griego o, al menos, alemán. Se detuvo un instante e interrumpió su monólogo, me tomó por el brazo y, con una mirada intensa que todavía me conmueve, me dijo: “Aprenda el alemán y póngase a pensar. Olvide lo demás”. Prometí obedecerlo y lo acompañé hasta la puerta de su hotel. Al día siguiente tomé el tren de regreso a París.

No aprendí el alemán. Tampoco olvidé “lo demás”.

Vargas Llosa y la Rebelión

La rebelión de las masas
Mario Vargas Llosa
Reforma, 3 de diciembre de 2005

Hace 50 años falleció en España don José Ortega y Gasset y hace 75 se publicó La rebelión de las masas (1930), uno de sus libros más importantes, acaso el que se leyó y tradujo más en todo el mundo. Dos aniversarios que deberían servir para revalorizar el pensamiento de uno de los más elegantes e inteligentes filósofos liberales del siglo 20 al que, circunstancias varias -la guerra civil en España, los 40 años de dictadura franquista y el auge de las doctrinas marxistas y revolucionarias que caracterizó en Europa la segunda mitad del siglo 20- han tenido arrumbado injustamente en el desván de las antiguallas, o, peor aún, han desnaturalizado, convirtiéndolo en un exclusivo referente del pensamiento conservador.Y entre el liberalismo y el conservadurismo, como mostró Hayek en un ensayo célebre, media un abismo.En verdad, aunque nunca llegó a sistematizar su filosofía en un cuerpo orgánico de ideas, Ortega y Gasset, en los innumerables ensayos, artículos, conferencias y notas de su vasta obra, desarrolló un discurso inequívocamente liberal, en un medio como el español en el que éste resultaba extraordinariamente avanzado -él hubiera dicho radical, una de sus palabras favoritas-, tan crítico del extremismo dogmático de izquierda como del conservadurismo autoritario, nacionalista y católico de la derecha.

Buena parte de ese pensamiento conserva su vigencia y alcanza en nuestros días, luego de la bancarrota del marxismo y sus doctrinas parasitarias y del excesivo economicismo en que se ha confinado últimamente el liberalismo intelectual, notable actualidad. Lo demuestra, mejor que nada, este libro, La rebelión de las masas, que, aunque publicado en 1930, había sido anticipado en artículos y ensayos desde dos o tres años antes. El libro se estructura alrededor de una intuición genial: ha terminado la primacía de las élites; las masas, liberadas de la sujeción de aquellas, han irrumpido en la vida de manera determinante, provocando un trastorno profundo de los valores cívicos y culturales y de las maneras de comportamiento social. Escrito en plena ascensión del comunismo y los fascismos, del sindicalismo y los nacionalismos, y de los primeros brotes de una cultura popular de consumo masivo, la intuición de Ortega establece uno de los rasgos claves de la vida moderna. También lo es que su crítica a este fenómeno se apoye en la defensa del individuo, cuya soberanía ve amenazada -en muchos sentidos ya arrasada- por esta irrupción incontenible de la muchedumbre -de lo colectivo- en la vida contemporánea.

El concepto de "masa" para Ortega no coincide para nada con el de clase social y se opone específicamente a la definición que hace de aquella el marxismo. La "masa" a que Ortega se refiere abraza transversalmente a hombres y mujeres de distintas clases sociales, igualándolos en un ser colectivo en el que se han fundido, abdicando de su individualidad soberana para adquirir la de la colectividad, para ser nada más que una "parte de la tribu".La masa, en el libro de Ortega, es un conjunto de individuos que se han desindividualizado, dejado de ser unidades humanas libres y pensantes, para disolverse en una colectividad que piensa y actúa por ellos, más por reflejos condicionados -emociones, instintos, pasiones- que por razones.Estas masas son las que por aquellos años ya coagulaba en torno suyo en Italia Benito Mussolini, y se arremolinarían cada vez más en los años siguientes en Alemania en torno a Hitler, o, en Rusia, para venerar a Stalin, el "padrecito de los pueblos". El comunismo y el fascismo, dice Ortega, "dos claros ejemplos de regresión sustancial" son ejemplos típicos de la conversión del individuo en el hombre-masa. Pero Ortega y Gasset no incluye dentro del fenómeno de masificación únicamente a esas muchedumbres regimentadas y cristalizadas en torno a las figuras de los caudillos y jefes máximos, es decir, en los regímenes totalitarios. Según él, la masa es también una realidad nueva en las democracias donde el individuo tiende cada vez más a ser absorbido por conjuntos gregarios a quienes corresponde ahora el protagonismo de la vida pública, un fenómeno en el que ve un retorno del primitivismo y de ciertas formas de barbarie disimuladas bajo el atuendo de la modernidad.

Ortega hubiera visto en los recientes actos vandálicos en Francia, en que miles de automóviles fueron quemados en los suburbios de las ciudades por una muchedumbre de gentes, muchos de ellos hijos o nietos de inmigrantes, que no querían otra cosa que manifestar su frustración, su impotencia y su cólera, un ejemplo prístino de su idea de "masa". Esta visión de la hegemonía creciente del colectivismo en la vida de las naciones es la de un pensador liberal que ve en la desaparición del individuo dentro de lo gregario un retroceso histórico y una amenaza gravísima para la civilización democrática.

El libro es también una defensa precoz y sorprendente -en vísperas de la Segunda Guerra Mundial- de una Europa unida en la que las naciones del viejo continente, sin perder del todo sus tradiciones y sus culturas, se fundirán en una comunidad: "Europa será la ultranación". Sólo en esta unión ve Ortega una posibilidad de salvación para una Europa que ha perdido la hegemonía histórica de que gozaba en el pasado -que ha entrado en decadencia- en tanto que, a sus costados, Rusia y los Estados Unidos parecen empeñados en tomar la delantera.Esta propuesta audaz de Ortega en favor de una Unión Europea que sólo medio siglo más tarde comenzaría a tomar forma es uno de los más admirables aciertos del libro y una prueba de la lucidez visionaria de que hizo gala a veces su autor. El ensayo también postula otro principio liberal acendrado: parte de la declinación de Europa se debe al crecimiento desmesurado del Estado, que, en sus asfixiantes mallas burocráticas e intervencionistas, ha "yogulado" las iniciativas y la creatividad de los ciudadanos. Con buen olfato, Ortega señala que uno de los efectos, en el campo de la cultura, de esta irrupción de las masas en la vida política y social, será el abaratamiento y la vulgarización, en otras palabras la sustitución del producto artístico genuino por su caricatura o versión estereotipada y mecánica, y por una marejada de mal gusto, chabacanería y estupidez. Ortega era elitista en lo relativo a la cultura, pero este elitismo no estaba reñido con sus convicciones democráticas, pues concernía a la creación de productos culturales y a su colocación en una exigente tabla de valores; en lo que se refiere a la difusión y consumo de los productos culturales su postura era universalista y democrática: la cultura debía de estar al alcance de todo el mundo. Simplemente, Ortega entendía que los patrones estéticos e intelectuales de la vida cultural debían fijarlos los grandes artistas y los mejores pensadores, aquellos que habían renovado la tradición y sentado los nuevos modelos y formas, introduciendo una nueva manera de entender la vida y su representación artística. Y que, si no era así, y los referentes estéticos e intelectuales para el conjunto de la sociedad los establecía el gusto promedio de la masa -el hombre vulgar- el resultado sería un empobrecimiento brutal de la vida cultural y poco menos que la asfixia de la creatividad.

El elitismo cultural de Ortega es inseparable de su cosmopolitismo, de su convicción de que la verdadera cultura no tiene fronteras regionales y menos nacionales, sino que es un patrimonio universal. Por eso, su pensamiento es profundamente anti-nacionalista.En su defensa del liberalismo, Ortega insiste en el carácter laico que debe tener el Estado en una sociedad democrática ("La historia es la realidad del hombre. No tiene otra") y la incompatibilidad profunda que existe entre un pensamiento liberal y el de un católico dogmático, al que califica de antimoderno.La historia no está escrita, no la ha trazado de antemano una divinidad todopoderosa. Es obra sólo humana y por eso "Todo, todo es posible en la historia, lo mismo el progreso triunfal e indefinido que la periódica regresión".

Lo menos que puede decirse, frente a tesis y afirmaciones de esta índole, es que Ortega y Gasset dio muestras en este ensayo de una gran independencia de espíritu y de sólidas convicciones capaces de resistir las presiones intelectuales y políticas dominantes de su tiempo.Eran, no lo olvidemos, unos tiempos en que la clase intelectual descreía cada vez más de la democracia, que era denostada por igual por los dos extremos, la derecha fascista y la izquierda comunista, y cedía a menudo a la tentación de afiliarse a uno de estos dos bandos, con una preferencia marcada por el comunismo.

Sin embargo, el liberalismo de Ortega y Gasset, aunque genuino, es parcial.La defensa del individuo y sus derechos soberanos, de un Estado pequeño y laico que estimule en vez de ahogar la libertad individual, de la pluralidad de opiniones y críticas, no va acompañada con la defensa de la libertad económica, del mercado libre, un aspecto de la vida social por la que Ortega siente una desconfianza que se parece al desdén y sobre la cual muestra a veces un desconocimiento sorprendente en un intelectual tan curioso y abierto a todas las disciplinas.Se trata, sin duda, de una limitación generacional. Sin excepción, al igual que los liberales latinoamericanos de su tiempo, los liberales españoles más o menos contemporáneos de Ortega, como Ramón Pérez de Ayala y Gregorio Marañón, (con quienes aquél fundaría la Agrupación al Servicio de la República en 1930), lo fueron en el sentido político, ético, cívico y cultural, pero no en el económico. Su defensa de la sociedad civil, de la democracia y de la libertad política, ignoró una pieza clave de la doctrina liberal: que sin libertad económica y sin una garantía legal firme de la propiedad privada y de los contratos, la democracia política y las libertades públicas están siempre mediatizadas y amenazadas.

Pese a ser un libre pensador, que se apartó de la formación católica que recibió en un colegio y una universidad de jesuitas, hubo siempre en Ortega unas reminiscencias del desprecio o por lo menos de la inveterada desconfianza de la moral católica hacia el dinero, los negocios, el éxito económico y el capitalismo, como si en esta dimensión del quehacer social se reflejara el aspecto más bajamente materialista del animal humano, reñido con su vertiente espiritual e intelectual.De ahí, sin duda, las despectivas alusiones que se encuentra desperdigadas en La rebelión de las masas a los Estados Unidos, "el paraíso de las masas", al que Ortega juzga con cierta superioridad cultural, como a un país que, creciendo tan rápido en términos cuantitativos como lo ha hecho, hubiera sacrificado sus "cualidades", creando una cultura superficial.De lo que deriva uno de los escasos despropósitos del libro: la afirmación de que los Estados Unidos eran incapaces por sí solos de desarrollar la ciencia como lo ha hecho Europa. Una ciencia, que ahora, por el ascenso de los hombres masa Ortega ve en peligro de declinación. Este es uno de los aspectos más endebles del pensamiento que Ortega desarrolla en La rebelión de las masas. Una de las consecuencias de la primacía del hombre-masa en la vida de las naciones es, dice, el desinterés de la sociedad aquejada de primitivismo y de vulgaridad por los principios generales de la cultura, es decir, por las bases mismas de la civilización.

En la era del apogeo de lo gregario, la ciencia pasa a un segundo lugar, y la atención de las masas se concentra en la técnica, en las maravillas y prodigios que realiza este subproducto de la ciencia, pues, sin ésta, ni el lujoso automóvil de líneas aerodinámicas ni los analgésicos que quitan el dolor de cabeza serían posibles. Ortega y Gasset compara la deificación del producto de consumo fabricado por la técnica con el deslumbramiento del primitivo de una aldea africana con todos los objetos de la industria más moderna, en las que ve, igual que a las frutas o que a los animales, meros engendros de la naturaleza. Para que haya ciencia, dice Ortega, tiene que haber civilización, un largo desenvolvimiento histórico que la haga posible.Y, por eso, imagina que, por más poderoso que sea, Estados Unidos no podrá nunca superar aquel estadio de mera tecnología que ha alcanzado: "¡Lucido va quien crea que si Europa desapareciese podrían los estadounidenses continuar la ciencia!".

Predicción fallida en un libro repleto de profecías cumplidas

5.3.07

27.2.07

Calendario de lecturas

6 de marzo
José Ortega y Gasset, La rebelión de las masas. Hay varias ediciones del libro. Pueden brincarse el prólogo y los epílogos.

8 de marzo
José Ortega y Gasset, Mirabeau o la política. Hay una buena edición del libro publicada por el Fondo de Cultura Económica, junto con la respuesta de Jesús Reyes Heroles, bajo el título Dos ensayos sobre Mirabeau.

13 de marzo
Elias Canetti, Masa y poder, Alianza Editorial. Leer los capítulos “La masa” y “Masa e historia.”

15 de marzo
Elias Canetti, Masa y poder, Leer los capítulos: “Elementos del poder”; “Aspectos del poder” y “Poderío y paranoia”

20 de marzo
George Orwell, “Matar a un elefante” y “La política y la lengua inglesa,” en Matar a un elefante y otros escritos, Turner, Fondo de Cultura Económica. También hay versiones electrónicas: Shooting an Elephant, Politics and the English Language.

22 de marzo
George Orwell, “Notas sobre el nacionalismo” y “Reflexiones sobre Gandhi”, en Ensayos escogidos, Sexto piso. Electrónicas: Notes on Nationalism, Reflections on Gandhi.

27 de marzo
Albert Camus, El hombre rebelde, Alianza Editorial, (hay otras ediciones disponibles) Capítulos I y II

29 de marzo
Albert Camus, El hombre rebelde, Alianza Editorial, capítulos III a V

10 de abril
Cornelius Castoriadis, “La democracia como procedimiento y como régimen.

12 de abril
Claude Lefort, “La cuestión de la democracia,” en La incertidumbre democrática. Ensayos sobre lo político, Anthropos.

17 de abril
Vaclav Havel, El poder de los sin poder (Esta versión no es muy amable pero no encontrado una mejor, ni conozco versión disponible en español)

19 de abril
Pascal Bruckner, La tentación de la inocencia. Leer la introducción (“El hombre menguante” y escoger dos de las tres partes del libro.

24 de abril
Robert Putnam, Bowling Alone, y Bowling Together.

26 de abril
Michael Ignatieff, El mal menor. Ética política en una era de terror. Editorial Taurus. Leer los dos primeros capítulos.

3 de mayo
Michelangelo Bovero, “Kakistocracia”, en Una gramática de la democracia, contra el gobierno de los peores, Editorial Trotta.

Como verán, dejo unas cuantas sesiones libres para poder acomodar algunas lectura adicionales de acuerdo a sus intereses.

Otro del Emperador

La coronación de Selassie

23.2.07

Recordatorio

Como comentamos en la clase anterior, a partir del martes, deberán traer a clase una cuartilla que refleje una postura crítica sobre el material a leer.

Los sueños de Tocqueville

Me temo que ya estarán cansados de Tocqueville pero, por si acaso, les mando esta reseña de una nueva biografía.

El martes hablaremos del Emperador de Kapuscinski.

22.2.07

Diálogo en el infierno

Algunos extractos del libro (todos de boca del Maquiavelo imaginario):

"El secreto principal del gobierno consiste en debilitar el espíritu público, hasta el punto de desinteresarlo por completo de las ideas y los principios con los que hoy se hacen las revoluciones. En todos los tiempos, los pueblos al igual que los hombres se han contentado con palabras. Casi invariablemente les vasta con las apariencias; no piden más. Es posible entonces crear instituciones ficticias que responden a un lenguaje y a ideas igualmente ficticios; es imprescindible tener el talento necesario para arrebatar a los partidos esa fraseología liberal con que se arman para combatir al gobierno. Es preciso saturar de ella a los pueblos hasta el cansacio, hasta el hartazgo. Se suele hablar hoy en día del poder de la opinión; yo os demostraré que, cuando se conocen los resortes ocultos del poder, resulta fácil hacerle expresar lo que uno desea. "

"En nuestros tiempos se trata no tanto de violentar a los hombres como de desarmarlos, menos de combatir sus pasiones políticas que de borrarlas, menos de combatir sus instintos que de burlarlos, no simplemente de proscribir sus ideas sino de trastocarlas, apropiándose de ellas."

"Buscaré mi apoyo en el pueblo; este es el a b c de todo usurpador."

"En los países parlamentarios, los gobiernos sucumben casi siempre por obra de la prensa; pues bien, visulmbro la posibilidad de neutralizar a la prensa por medio de la prensa misma. Puesto que el periodismo es una fuerza tan poderosa, ¿sabéis que hará mi gobierno? Se hará periodista, será la encarnación del periodismo."

En enero de 1977 Gabriel Zaid hizo desde México una lectura interesante de esa obra. El ensayo se tituló "El 18 Brumario de Luis Echeverría", uno de los más brillantes ensayos políticos de los últimos treinta años.

13.2.07

Fight Club

Daniel nos manda este video del que nos hablaba por la mañana.
-- Mil gracias

Ensayo para el martes

Como quedamos hace un momento, el próximo martes espero un ensayito que aplique las reflexiones de Tocqueville en Democracia en América para analizar un asunto contemporáneo. Los temas que pueden escoger son tan vastos como los que aborda Tocqueville: la política, la cultura, las costumbres, las relaciones, las reglas, el arte, la literatura, etc. Pueden adoptar como punto de partida una noticia periodística, una obra de arte, una película, una novela, alguna práctica social.

Quizá les sirva echar un vistazo a este número monográfico del Journal of Democracy titulado Democracy in the World: Tocqueville Reconsidered.

8.2.07

Sobre Przeworski y Offe

Para el martes 13

Esperando que no resulte día de mal agüero, el martes 13 empezaremos a ver el segundo volumen de la Democracia en América. Me interesa platicar con ustedes varios asuntos:
  • El "método filosófico" de los norteamericanos.
  • El fenómeno religioso y la democracia.
  • La noción de la historia de las democracias: actualidad de esa visión.
  • El individualismo y la teoría del interés bien entendido.
  • El amor al bienestar

Desde luego, podemos hablar de cualquier otro tema que encuentren ustedes interesante en estos capítulos pero creo que podríamos centrar la discusión en esos puntos.

6.2.07

Przeworski el jueves

Como comentamos hoy en clase, interrumpiremos la lectura de Tocqueville para hablar el próximo jueves de Przeworski. El primer capítulo de su ensayo sobre la socialdemocracia está ya en Cofee & Copies pero también lo pueden encontrar aquí. Esta es la traducción al español pero la imagen es un poco borrosa.

31.1.07

¿Lo han encontrado?

Entiendo que no es fácil ubicar el libro de Kapuscinski en librerías.
Supongo que dentro de unos días podrán llegar ejemplares. En todo caso, creo que lo más razonable es posponer nuestra lectura hasta que todos puedan conseguir un ejemplar.

30.1.07

Una entrevista a Kapuscinski

De la RAE


Entusiasmo

Estado afectivo de excitación estimulante provocado por la fe en algo o la adhesión a alguien, que se manifiesta en la viveza o animación con que se habla de la cosa que lo provoca o en el afán con que se entrega uno a ella.

María Moliner. Diccionario de uso del español.

Kapuscinski

El martes 6 haremos un paréntesis en nuestra lectura de Tocqueville para leer El emperador de Ryszard Kapuscinski. Como adelanto de su trabajo, pueden leer aquí una serie de reflexiones sobre su trabajo periodístico y/o literario.
  • Juan Villoro, en Reforma (suscripción necesaria): Si John Reed, Egon Erwin Kisch y Martín Luis Guzmán asumieron el periodismo como literatura bajo presión, Kapuscinski necesitó de un largo proceso de decompresión de los hechos para transformarlos en material definitivo.Podían pasar 30 años antes de que una anécdota enviada en el lenguaje casi anónimo del télex fuera reescrita en clave personal. En este tránsito la noticia pública se convertía en un momento privado. El autor no buscaba novelizar lo real, sino reorganizarlo con la intensidad de lo que mira y siente una persona distinta a cualquier otra. ¿Qué merece ser salvado? En el taller de la memoria, los datos nimios y la sabiduría común regresan como reveladores aforismos: "Cuando se mantiene inmóvil, el aire no tiene valor, pero basta que se mueva para que su precio se dispare". ¿Hay mejor definición de la precariedad de África? En el trópico de la escasez ningún negocio supera al viento."
  • Una entrevista en donde--a diferencia de lo que comentábamos hoy en clase--RK defiende el entusiasmo: "Creo que, en nuestra profesión, el entusiasmo es la clave, porque lo que nos mueve es la profunda curiosidad, querer saber, conocer. Las ganas de ver, de sentir. Este oficio es muy duro, se necesita mucha energía y sólo puede llevarse a cabo con grandes dosis de entusiasmo y vitalidad. Pero no todo es entusiasmo. Hay otro factor importantísimo que es el conocimiento extenso de cada tema. Uno que trabaja en este campo tiene que estudiar constantemente. Hay que mantenerse en continuo contacto con la antropología, la historia, la etnografía y la sociología, entre otras ciencias. Se requiere, pues, mucho trabajo para llevar a cabo nuestro oficio con una mínima eficiencia."
  • En un artículo de hace un año, Claudio Magris lo llama el último aventurero: Kapuscinski es un maestro de la descripción, de la narración, especialmente de la semiología del poder, del análisis de sus signos, ritos, distancias, protocolos, gestos. El despotismo absoluto, hierático e inmóvil que él retrata, es enorme pero sufre de elefantiasis, está momificado y, en último análisis, es impotente. Incluso Stalin termina por parecerse al negus Neghesti abisinio, sentado, circunspecto y desconfiado, en el trono, idolatrado y escrutado con temor cada vez que fruncía las cejas, pero pasivamente ignorante de lo que realmente sucedía en torno a él y en el país."
  • El obituario del New York Times, del Washington Post. Y una dura crítica.

24.1.07

Apuntes biográfico

Antes de adentrarnos en la obra de Tocqueville, será útil acercarnos a la vida del personaje. Para ello, les recomiendo esta reseña del Francois Furet y este ensayo biográfico de John Lukacs.
También puede servirles este retrato de Brogan, quien acaba de publicar una gruesa biografía de Tocqueville. ¿lo pueden ver? Si no pueden abrir el archivo completo, avísenme, por favor.

20.1.07

Versión electrónica de las cartas


Me dice Ninón Casillas que resulta difícil encontrar Las cartas persas. Supondría que podrían encontrarlas en cualquier librería, pero tal vez resulta difícil ubicarlas. Hay ediciones de Alianza Editorial, hay otra de Conaculta, de Técnos y de Cátedra
De cualquier manera, aquí podrán encontrar una versión electrónica en inglés y en francés.

18.1.07

Cartas persas

El martes hablaremos de las Cartas persas de Montesquieu. Si no pueden leerlo todo, les recomiendo estos apartados: Introducción, Carta xi, xxiv, xxvi, xxviii-xxxi, xxxiii, xxxvi-xxxviii, xliv, xlvi, xlviii, l, liv, lxvi, lxxiii, lxxv, lxxvi, lxxx, xciv, xcv, xcix, cii-civ, cviii, cxiii-cxvi, cxxix, cclv.

16.1.07

De Montaigne a ti

El autor al lector
Este es un libro de buena fe, lector. Desde el comienzo te advertiré que con él no persigo ningún fin trascendental, sino sólo privado y familiar; tampoco me propongo con mi obra prestarte ningún servicio, ni con ella trabajo para mi gloria, que mis fuerzas no alcanzan al logro de tal designio. Lo consagro a la comodidad particular de mis parientes y amigos para que, cuando yo muera (lo que acontecerá pronto), puedan encontrar en él algunos rasgos de mi condición y humor, y por este medio conserven más completo y más vivo el conocimiento que de mí tuvieron. Si mi objetivo hubiera sido buscar el favor del mundo, habría echado mano de adornos prestados; pero no, quiero sólo mostrarme en mi manera de ser sencilla, natural y ordinaria, sin estudio ni artificio, porque soy yo mismo a quien pinto. Mis defectos se reflejarán a lo vivo: mis imperfecciones y mi manera de ser ingenua, en tanto que la reverencia pública lo consienta. Si hubiera yo pertenecido a esas naciones que se dice que viven todavía bajo la dulce libertad de las primitivas leyes de la naturaleza, te aseguro que me hubiese pintado bien de mi grado de cuerpo entero y completamente desnudo. Así, lector, sabe que yo mismo soy el contenido de mi libro, lo cual no es razón para que emplees tu vagar en un asunto tan frívolo y tan baladí. Adiós, pues.

De Montaigne, a 12 días del mes de junio de 1580 años.

Aquí encontrarán la versión electrónica de los ensayos:

Libro I
Capítulo XVII, Del miedo
Capítulo XVIII, Que no debe juzgarse de nuestra dicha hasta después de la muerte
Capítulo XXI, El beneficio de unos es perjuicio de otros
Capítulo XXIV, Del pedantismo
Capítulo XXV, De la educación de los hijos a la señora Diana de Foix, condesa de Gurson
Capítulo XXVII, De la amistad
Capítulo XXIX, De la moderación
Capítulo XXX, De los caníbales
Capítulo XXXI, De la conveniencia de juzgar sobriamente de las cosas divinas
Capítulo XXXIX, Consideración sobre Cicerón

Libro II
Capítulo I, De la inconstancia de nuestras acciones
Capítulo XI, De la crueldad

Libro III
Capítulo II. Del arrepentimiento
Capítulo XIII. Del arte de platicar
Capítulo IX, De la vanidad
Capítulo XIII, De la experiencia

15.1.07

The art of Conversation

Aquí el artículo del Economist que comentamos hace un rato.
De ahí, unas reglas para conversar de Cicerón:
  • Habla claramente pero no demasiado, especialmente cuando otros quieren hablar;
  • No interrumpas
  • Sé amable;
  • Trata seriamente los asuntos serios y con gracia los más ligeros;
  • No critiques a la gente detrás de sus espaldas;
  • Aborda los temas de interés generál;
  • No hables de ti mismo;
  • Sobre todo, no pierdas la cabeza.

14.1.07

Bienvenidos

Esta será la página del curso. Tendrán aquí buena parte de los materiales necesarios para las clases, notas sobre las lecturas y comentarios sobre los temas que abordaremos. Ojalá la visiten regularmente porque aquí también pondré avisos que pueden serles útiles.

Les agradeceré mucho cualquier ayuda para mejorar la página. Pueden mandar comentarios que puede leer todo mundo o también me pueden mandar un correo electrónico. Por cierto, en ese caso no olviden poner su dirección porque, de lo contrario, me llegará como un mensaje anónimo.

La clase del jueves hablaremos de Montaigne y sus ensayos. Encontarán muchas ediciones. Les pueden servir las antologías o las ediciones que incluyen todos los ensayos. Sugiero que lean los siguientes textos. Del Libro Primero, los capítulos xviii, xxiii, xxv, xxviii, xxx, xxxi, xxxix; del Libro Segundo, el capítulo xi y del Libro Tercero, los capítulos ii, viii, ix, xiii.